Los grandes cambios, también llamados revoluciones, acostumbraban a requerir un largo periodo de adaptación y generalmente afrontándolos desde el prisma de la incertidumbre o de la esperanza.

 

Desde la primera revolución industrial de finales del siglo 18, la humanidad no había vuelto a conocer un cambio tan importante y disruptivo como en el que hoy en día estamos inmersos. Un cambio que se está produciendo día a día, a una velocidad nunca antes conocida y que no sólo se afecta a sectores como el de la producción, el transporte o la generación de energía, sino que también lo hace sobre la manera de relacionarnos, de comunicarnos, de cuidar nuestra salud y de entender el mundo.

 

Este cambio presenta retos continuos en todos los sectores, siendo uno de los principales el modelo futuro de generación de energía. Pese a que las energías renovables toman una mayor importancia día a día y que la generación mediante el gas ha de ser sin duda la que garantice la transición energética, necesitamos de otras innovaciones que contribuyan a lograr los objetivos de descarbonización que los diferentes agentes sociales y gobiernos se han marcado.

 

El hidrógeno es sin dudad uno de los principales actores que por su bajo nivel en carbono y no producción de emisiones tóxicas, se está abriendo un hueco en esta carrera por generar o producir con emisiones neutras en carbono y la filtración no podía no estar presente en su desarrollo.

 

Es una fuente de energía limpia que se genera a través de unos dispositivos denominados electrolizadores, que separan las moléculas del agua en moléculas de hidrógeno y oxígeno mediante un suministro de electricidad.

 

Dependiendo de cómo se produzca y que tipo de energía se utilice, el hidrógeno adquiere un “apellido” en forma de color. Las categorías de hidrógeno son las siguientes:

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-       Hidrógeno blanco: El que se encuentra en la naturaleza

-       Hidrógeno verde: Es el que se produce a partir de una energía renovable, no produciendo CO2

-       Hidrógeno amarillo: Mediante energía solar por lo tanto considerado un subgrupo del verde

-       Hidrógeno azul: Es el que genera emisiones de CO2 que posteriormente se capturan. Es un hidrógeno considerado de bajas emisiones

-       Hidrógeno turquesa: Producido a través de hidrocarburos mediante una reacción de pirólisis. No genera CO2

-       Hidrógeno rosa: Se produce a través de la energía nuclear, considerado muy sostenible

-       Hidrógeno gris: Producido a través del gas natural y vapor

-       Hidrógeno negro y marrón: Producido a partir del carbón, gas metano u otros combustibles fósiles

Para la producción de hidrógeno se emplea el electrolizador, el cual dispone de dos electrodos, uno positivo y otro negativo, ánodo y cátodo, y suelen estar construidos con grafito o platino. Estos electrodos se colocan en agua y se les aplica corriente eléctrica, produciéndose la electrólisis.

 

En el proceso de electrólisis, se libera oxígeno. Cuando utilizamos el hidrógeno como combustible, únicamente genera moléculas de agua como residuo.

 

Para que el proceso de electrólisis rinda de manera eficiente, el electrolizador debe de abastecerse de agua ultra purificada ya que de lo contrario bajaría su rendimiento debido a su ensuciamiento. Para producir un Kg de hidrógeno es necesario unos 9 litros de agua ultrapura y unos 20 litros de agua de red, por lo que una prefiltración del agua se hace fundamental para evitar el ensuciamiento.

El proceso de producción de agua de alimentación de electrolizadores es muy completo y costoso por lo que evitar cualquier tipo de contaminación en el electrolizador se convierte en una necesidad. La pureza del agua suministrada ha de ser muy alta. Los fabricantes de electrolizadores especifican que el agua desionizada debe de ser ASTM tipo II.

 

Por otro lado, las burbujas de aire son otro peligro que ha de ser evitado porque se ha demostrado que los depósitos generados por algunos compuestos pueden dañar la chimenea.

 

Asimismo, se debe de tener un cuidado extremo en cuanto a garantizar la seguridad antes de proceder a un mantenimiento y al finalizar el mismo. La única manera de lograrlo es mediante el uso de purgas de nitrógeno. El nitrógeno también puede ser utilizado para cubrir el agua desmineralizada para desplazar el aire y evitar el riesgo de contaminación.

Parker dispone de una amplia gama de generadores de nitrógeno tanto de adsorción como de membrana.

 

Parker dispone de equipos de filtración y membranas industriales para el agua de alimentación del electrolizador, filtración del agua de alimentación / lejía, la separación de gas/agua y la depuración de hidrógeno gaseoso. Asimismo, ofrece una amplia gama de generadores de nitrógeno tanto de adsorción como de membrana.

 

Las moléculas de hidrógeno pueden dañar los materiales metálicos afectando a sus propiedades y a su comportamiento. Parker garantiza que sus procesos dan prioridad a la calidad para minimizar los riesgos operativos en entornos de hidrógeno.

Donaldson ofrece soluciones en filtración para partículas residuales, oxígeno, humedad hasta aceites agregados por compresores utilizados en procesos posteriores.

 

El equipo De-Oxo de Donaldson elimina el oxígeno residual del hidrógeno mejorando la calidad y seguridad. Mediante unos catalizadores de platino y paladio que se soportan sobre alúmina, convierte el oxígeno en agua, facilitando su separación.

 

El secador de adsorción HR-T H2 regenerado por calor elimina la humedad residual sin consumir gas hidrógeno ni gases de purga, produciendo ahorros operativos y de mantenimiento.

 

Utilizando ambas soluciones, Donaldosn consigue un hidrógeno purificado con un contenido residual de O2 y H2O menor de 5 ppm.

 

Para eliminar el aceite después del proceso de compresión, Donaldson ofrece su absorbente de carbón activo Ultrasorp AKC.